¿Qué estamos haciendo?
La pregunta de rigor es qué estamos haciendo para RECONSTRUIR A TABACO. El interrogante proviene de diferentes ángulos y sectores. Agrego, debería responderse de diferentes ángulos y maneras. Independiente de algunas obligaciones provenientes de la ley y los Acuerdos y Convenios suscritos entre la comunidad (léase Junta Social Pro reubicación de Tabaco), el Municipio de Hatonuevo y Cerrejón, una pauta inteligente debería ser acudir a la lectura del Informe de BSR, Business for Social Responsibility, entidad encargada de hacer una especie de Acta de Compromiso Público e Internacional en Londres y Boston, durante las jornadas de explicación, precisamente de los Convenios y Acuerdos mencionados. La letra de estos instrumentos transicionales, como los hemos denominado, tiene la desventaja de la rigurosidad jurídica, en cambio las explicaciones que se ofrecieron, sobre todo por parte de Cerrejón y nosotros (José Julio Pérez y el suscrito) sirven ahora para refrescar los compromisos y la vocación de los actores comprometidos en la Reconstrucción del Tejido Social Tabaco. Muy a pesar de que los comentarios de los participantes no aparecen en el Informe, debido a que aceptamos el rigor de la Chatham House Rule como parte de las normas del diálogo, quedó muy claro que el compromiso de Cerrejón fue amplio y constructivo, un poco más del simple aporte material de la tierra para la construcción del nuevo Corregimiento, algunas obras esenciales de carácter comunitario y proyectos productivos compensatorios y estratégicos para el desarrollo humano colectivo de la comunidad fracturada por los hechos tantas veces lamentados. Por supuesto que hicimos valer nuestra tesis de que en estos casos, sobre todo en este caso gravísimo de Tabaco, el Estado colombiano, a nivel macro, más allá del esfuerzo municipal y departamental, deberá meterse la mano al dril y empujar lo más urgente posible el tren de la reconstrucción y de implementación de los proyectos productivos. Concebimos entre todos la idea, y es fácil deducirla de la elemental lectura del antedicho Informe de BSR, que nuestros aliados internacionales, llamémoslos amigos de la Causa de Reconstruir a Tabaco, también deberían apoyar, en sus respectivas esferas de influencia, con su significativo óbolo, que no deberá ser exclusivamente una dádiva material o en dinero, sino moral y fundamentalmente social y político. Por ejemplo, recientemente recomendamos a los amigos que tiene la Causa de Tabaco en Holanda y Dinamarca, a raíz de una campaña generada por la exposición de un video que registra el drama de una familia de Tabaco, que además de juzgar lo que ocurrió, hace once, quince o más años, lo cual es legítimo y útil, también deberían ponerse la camiseta de la cooperación, es decir, visibilizar el apoyo que requiere la causa, ahora, luego de haber llegado al Acuerdo, que algunos, como ocurrió con una ONG danesa, por error, o en el afán de impactar publicitariamente con denuncias, lo han ocultado o invisibilizado, haciéndole de esa forma un tremendo daño a la comunidad que espera ansiosa los desarrollos. Y, especialmente, un daño a la credibilidad de las campañas sociales positivas, que sufren en carne propia el ataque a su obvio desempeño.
Fue unánime en Boston y Londres, pero aquí igualmente lo ha sido, la visión según la cual el Municipio de Hatonuevo, inclusive el Departamento de La Guajira, hoy en día, porque antes la cosa era totalmente diferente, más que falta de voluntad política, se carece es de fortaleza institucional específica para responder por la tarea voluminosa de hechos reconstructivos que con seguridad sobrevienen a la adquisición del predio la Cruz. A propósito, al fin, y sólo hasta ahora, se está concretando o perfeccionando la negociación de este predio, y doy fe que Cerrejón ha demorado, mucho más de lo pensado o calculado, por causas extraordinarias, imputables a otros factores, ajenos a la compañía, que no son del caso abordar en este escrito.
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